lunes, 1 de agosto de 2011

Imágenes en soporte mental


Aquel día, en el luminoso salón de un desvencijado apartamento del Prat, difícilmente podía imaginar el alcance de mi renuncia a unas sabrosas vacaciones. Vacaciones que además iban en aumento en cantidad y calidad a medida que iba abriendo cajas y acercándome a aquel misterio que aguardaba paciente en el centro de lo que a mis ojos parecía la caja más grande que nunca había visto. Tampoco en aquel momento podía imaginar que tantos años estaría sin lo que la caja guardaba, que ansiaría recuperarla, que algún día sería ella la fotografiada o que gracias a ella saldrían fotos del Tamesis que acabarían colgadas como vestigios de un viejo motivo de orgullo.
Tampoco alcanzaría a imaginar que algo material me proporcionaría tanta alegría, aunque quiero imaginar que es por la carga simbólica y afectiva que tiene para mí.
Demasiadas son las imágenes que me trae al presente y no precisamente en un soporte de papel...

Tantos años más tarde aún será ella la encargada de hacerme sentir dentro de unos años, como una vez hizo, un sentimiento agridulce de viaje temporal...

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