domingo, 18 de abril de 2010

Día 3

Salimos del albergue de Olveiroa para desayunar algo caliente y proseguir con el viaje, así lo hacemos, cruzamos territorio de molinos eólicos, embalses y valles.


Al poco rato de empezar a caminar nos encontramos con la capilla “Sra das Neves” donde dejamos constancia de nuestro paso en el libro nº 5.


Al salir de ahí, el dolor de pies y de cuerpo en general es una constante junto con el deseo de llegar a Cee y comer cruasanes de chocolate.
El camino desde la capilla hasta Cee incluyó uno de los momentos más gratificantes de todo el camino junto con algún otro que más a delatante os explicaré, después de caminar mucho por montaña o al menos por la parte interior de un lugar, alejados de la costa, del agua del mar, cuando después de una pequeña subida divisas a lo lejos lo que es tu destino, lo que llevas días persiguiendo, te inunda una sensación muy gratificante. Además el camino sugería que allí se acababa la tierra, que de un salto podrías alcanzar Finisterre, que se divisaba a lo lejos, como la recompensa que todos merecíamos.


Cuando llegamos a Cee lo primero fue preguntar por el centro comercial e ir directos a comprar comida…jamás unos cruasancillos de chocolate habían tenido un sabor tan agradable.
Tan solo una vez acabado con toda la comida que compramos proseguimos el camino y después de subir alguna que otra subida de justicia llegamos al albergue “San Roque” que por cierto, quedaba al lado de un club de cuyo nombre no consigo acordarme…y mira que me gustaría.
Allí nos encontramos con Paco, Pachi para amigos, un compañero de Hospitalet de Llobregat que estaba como hospitalero esa noche en el albergue, una persona que emanaba buen rollo a distancia.
Esa noche cenamos a su cuenta, esa cena junto con las botellas de vino que ahí se abrieron, las cartas y las guitarras hicieron de esa noche algo difícilmente olvidable.
Fue en definitiva una noche que se me ha quedado grabada en la cabeza, supongo que en parte también por la parte mística que adquirió en algún que otro momento cuando con tan solo un dedo cada uno, cuatro personas levantamos a una quinta de aproximadamente 70Kg…
Algo que algún día explicaré con detalle, al menos desde el punto de vista físico.

3 visiones diferentes:

Anónimo dijo...

Una bella toma, bonitos colores, luz precisa, y el realismo de ese caminante en esa profundidad de camino. saludos

Jorge Sousa dijo...

Hola Jose Marcos. Un buen blog con hermosas fotos. Si te gusta la fotografía y el senderísmo, visita estos dos blogs:
www.bota-rota.blogspot.com (senderísmo)
www.ibernatur.blogspot.com
(fotografía de naturaleza)

Miguel Ángel Alonso Diz dijo...

Me gustaron mucho tus fotografias.

Un saludo desde Galicia.

Miguel Ángel